LA IGLESIA ORTODOXA EN AMÉRICA

El nacimiento de nuestra Iglesia, abarca dos historias que se unen para darnos vida. La primera es la historia de la iglesia ortodoxa en el continente americano luego de la Revolución bolchevique del año 1917, que cambia para siempre la historia de dicha iglesia en Rusia y en el mundo. La segunda parte dela historia, es la vida del emigrado bielorruso ULADISLAV, Ryzy Rysky, fundador del “American World Patriarchs”, quién arriba a los Estados Unidos luego de la Segunda Guerra Mundial, encontrándose con líderes religiosos que llevaron adelante reformas profundas de la Ortodoxia en el continente, una ortodoxia propiamente AMERICANA.


La primera parte de esta historia, es el derrotero de la Iglesia Ortodoxa en América. Empecemos por el inicio: luego de la Revolución Bolchevique de 1917, qué en una primera fase, disolvería el Patriarcado de Rusia, iniciando una feroz persecución religiosa de la Iglesia Ortodoxa, asesinando y confinando millones de ciudadanos y miembros del clero a los campos de la muerte (Gulag). En la segunda fase, se alentó dentro de la iglesia a clero de orientación pro-soviético para que asuman el control de la Iglesia Rusa, subordinándola al poder estatal, hecho que se consuma con la entronización del Patriarca Sergio I (Stradgorosky) en el año 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, como estrategia para elevar la moral de los combatientes contra el ejército alemán y sus aliados.


En ese periodo de confusión, el último patriarca legítimo de Rusia, Su Beatitud TIKHON (Bellavin) ante la cercanía de su encarcelamiento por parte de la policía soviética, emite el UKAZ 362 del año 1920, donde establecía que: ante situación de acefalía, los obispos debían tomar todas las medidas necesarias para el reordenamiento de la vida de la Iglesia. Con motivo de la deposición, encarcelamiento y muerte del Patriarca TIKHON (1925) y de las persecuciones y crímenes perpetrados por el Gobierno Comunista, muchos miembros del clero ruso marcharon al exilio. A los Estados Unidos, arriba por el año 1921 el obispo PLATON, Rozhestvensky (1866-1934) exiliado por las feroces persecuciones por parte del gobierno ateo y totalitario de la Unión Soviética. Dos años después es designado como Metropolita de la Eparquia de América del Norte con el objeto de mantener unida las comunidades. Al perder posteriormente toda conexión con el Santo Sínodo de Rusia (diezmado por el accionar del gobierno soviético), decide impulsar amparándose en el UKAZ 362 una eparquia temporalmente autónoma y siendo él autoridad máxima de toda América y Canadá. En ese período le surgirá oposición por parte de la Iglesia pro-soviética, y del Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior (IORE) para impedir que el proyecto se consolidara. Quién luego continuará la idea, es el obispo libanés AFTHIMIOS OFIEST (1880-1966), fundando el 02 de febrero de 1927 “The Holy Eastern Orthodox Catholic and Apostolic Church in North América” (THEOCACNA), creando varias líneas episcopales dentro de los Estados Unidos y Canadá. Aunque el proyecto no logró la adhesión de todas las iglesias ortodoxas de la diáspora rusa, de la misma surgiría la actual Iglesia Ortodoxa en América (IOA) y la Iglesia Católica Ortodoxa de América, la “American Orthodox Catholic Church (AOCC), presidida esta última desde 1965 por Su Beatitud WOLODYMIR, Walter Myron Propheta (1912-1972).


El sínodo de la AOCC, a la cual se sumarán otras figuras importantes como fue el caso de Su Beatitud PETER II, Andriy Zhurawetsky (1901-1994), quién aglutinó a los emigrados bielorrusos en los Estados Unidos bajo la Iglesia Ortodoxa San Andrés, teniendo sucesión episcopal de S.B. TIKHON, y siendo miembro fundador de la “Standing Episcopal Conerence of Orthodox Bishops” (SEC) aprobada por Su Beatitud ATHENAGORAS, Patriarca Ecuménico de Constantinopla, quién fuera el ordenante presbiteral de S.B. PETER II. Ambos obispos, Wolodymyr y Peter II, en el año 1965 consagran obispo al emigrado bielorruso ULADISLAV, Ryzy Rysky, quién liderará a partir del año 1966, el patriarcado bielorruso en el exilio.